QUIEN SOY MI AGENDA CONTACTO ENLACES A OTRAS PAGINAS DE INTERES
Quién soy
 


Mi nombre es Vitor Lemelle. Soy psicólogo y facilitador didacta de Biodanza, a la cual me dedico desde hace 25 años. Mi formación la hice con Rolando Toro Araneda, su creador, con quien hice también la formación en "Proyecto Minotauro", un taller avanzado de Biodanza. Además participé del primer taller de "Biodanza y los cuatro elementos" realizado en Brasil en 1992. Con Rolando compartí otros momentos, como cuando estuvo un par de fines de semana en Petrópolis, donde residía charlando y estudiando con él. En aquel entonces tuve una corta participación como director en la Asociación Latino Americana de Biodanza (ALAB). Desde el año 1995 vivo exclusivamente de la Biodanza. En el año 1996 creé el Instituto Cultural de Biodanza "Rolando Mario Toro Araneda", con otro facilitador, Rafael Rubén Ramos. Funcionó hasta el año 2001 como una especie de "monasterio" dedicado exclusivamente a estudios teóricos de disciplina relacionados con Biodanza. Invitamos a filósofos, músicos, psicoanalistas, psicólogos, directores de orquesta, médicos, etc, para estudiar temas como semántica musical, psicosomática, estados modificados de consciencia, formación de la imagen corporal, etc.

Actualmente llevo grupos en toda España y comparto lo que aprendí en centros de enseñanza que creé en este país. Sé que mi vocación de transmitir lo que aprendí está vinculada a mi creencia de que uno sólo sigue creciendo si se vacía de lo que sabe... Debo decir también que soy absolutamente ortodoxo, consciente de que la ortodoxia no está reñida con la creatividad. Al contrario, cuanto más se conoce la esencia de algo más se puede innovar sin traicionar sus fundamentos.

Doy las gracias a los que me ayudaron a llegar hasta aquí y a Rolando Toro Araneda que creó y sistematizó la Biodanza, una estupenda forma de crecimiento personal.


Al terminar quiero reproducir parte de una bella poesía de un gran poeta brasileño, Ferreira Gullar: "Que las palabras que yo hablo / no sean oídas como plegarías / ni repetidas con fervor / apenas respetadas / como la única cosa / que queda a un hombre / inundado de sentimientos".

Un abrazo afectuoso y sincero a todos.